Esta semana queremos compartir con vosotros nuestra experiencia como padres que fomentan el bilingüismo en casa. Queremos que tengáis una visión real de qué significa criar a niños bilingües, así como de las opciones que existen a la hora de hablar diferentes idiomas en casa. Y es más, como en bambolango queremos acompañaros en vuestro camino hacia la adquisición de un idioma, queremos apoyaros y reforzar vuestros esfuerzos a través de las situaciones que compartimos hoy.
El bilingüismo: idiomas dominantes y minoritarios
Vamos a detallaros algunos escenarios ya que pensamos que puede ayudar a la hora de demostrar las opciones existentes para definir vuestra “estrategia” de bilingüismo en casa.
Bambo (adulto 1) y Lango (adulto 2) tienen dos hijos: Baby 1 y Baby 2.
1. La familia vive en España. Bambo habla inglés, Lango habla castellano.
En este caso, si lo tomamos así a simple vista, el idioma mayoritario será castellano, y el minoritario, inglés, más que nada porque la probabilidad es que los Baby estarán expuestos más tiempo al español que inglés.
2. La familia vive en España. Bambo habla inglés, Lango habla italiano.
En este caso, no es tan claro como en el escenario 1, ya que depende del tiempo que los Baby pasan con cada adulto/idioma, así como en su entorno extendido (colegio, amigos, etc.). No obstante, lo más probable es que el idioma mayoritario sea castellano, y los minoritarios, inglés e italiano.
3. La familia vive en España. Bambo y Lango hablan inglés.
En este caso, al igual que en el anterior, depende del porcentaje de tiempo pasado con los adultos o con el entorno extendido. Si los Baby están principalmente en casa con los adultos hasta empezar el colegio, lo más probable es que el idioma mayoritario sea inglés, y el minoritario, castellano (por lo menos en los primeros años de vida). No obstante, si van a una guardería durante gran parte del día y sólo están con los adultos durante un periodo corto, es posible que el idioma mayoritario sea castellano, y el minoritario, inglés.
Evidentemente, no es tan fácil como esto, no hay una fórmula matemática que determina cuál será el idioma dominante y cuál el minoritario, pero todo indica que los factores más influyentes son el tiempo de exposición y la necesidad de uso percibida por los pequeños. Ahora, ¿qué opciones tenemos a la hora de hablar a nuestros hijos en diferentes idiomas en casa?
Los métodos para fomentar el bilingüismo
En posts anteriores, os hemos explicado que en la sede de bambolango hablamos tres idiomas: inglés, catalán y castellano. Yo (Mami) nací y me críe en Londres, siendo mi lengua materna el inglés. Mi marido (Papi) nació y se crío en Barcelona, siendo su lengua materna el catalán. Y entre los dos, y con la gran parte de nuestro entorno, hablamos en castellano. Así pues, el idioma mayoritario resulta ser el español para BigBoo y LittleBoo. Y siendo sincera, y algo egoísta, me hubiera gustado que se identificaran más con el inglés – pero eso es uno de los retos del bilingüismo: hay que respetarles, dejar que formen su propia identidad (personal y lingüística) y seguir animándoles y mostrándoles la necesidad y utilidad de cada lengua para que las acepten y desarrollen a lo largo del tiempo.
OPOL
En la sede de bambolango pues, utilizamos el método de bilingüismo denominado: “OPOL – one person, one language” (una persona, un idioma), donde cada progenitor habla un idioma con los pequeños, normalmente el nativo, aunque no tiene por qué serlo. En nuestro caso resulta bastante natural y fácil ya que ambos entendemos el idioma del otro, pero comprendemos que hay muchos padres que se desaniman si su pareja no entiende su lengua materna ya que puede sentirse excluido.
Así pues, nuestro caso se aproxima más al escenario 1 ya que uno de los idiomas que hablamos directamente a los pequeños es una de las lenguas oficiales del lugar donde vivimos. Por eso, y también por el hecho de hablar castellano entre nosotros (Papi y Mami), BigBoo y LittleBoo oyen más estos idiomas que inglés. Y como los estudios indican que para acoger realmente bien un idioma, deben estar expuestos a él entre 20-30% del tiempo que están despiertos, nos preguntamos: ¿qué puedo hacer yo para aumentar su exposición? Para nosotros, y como hemos adelantado ya, lo primordial es que vean una necesidad de hablar este idioma, bien porque lo usan otras personas de influencia en sus vidas, bien porque han experimentado situaciones donde sólo se habla esa lengua. Y recordad, hay muchas fuentes y muchas maneras de promover el idioma minoritario y el bilingüismo en casa.
(Para más información sobre cómo fomentar el idioma minoritario, podéis leer estos posts: La pasión por los idiomas, La pasión por los idiomas parte II, Rutina y repetición, Canciones para aprender inglés, Juegos en inglés, estilo bambolango.)
MLAH
Si el método de bilingüismo OPOL no parece ser lo más adecuado para vuestro caso, otra opción es “MLAH – minority language at home”. Se basa en que fuera de casa se habla el idioma del país donde reside la familia, y en casa se habla el/los idioma/s nativos de los padres. Este método puede usarse en cualquiera de los escenarios si los adultos además hablan el idioma del país en cuestión, si bien es más común en el caso 3.
Hay muchas familias que optan por este método porqué consideran que así sus pequeños se sentirán igual que sus compañeros. Es decir, cuando son pequeños (y a veces también mayores), los niños no quieren ser diferentes a sus amigos. No quieren que les señalen por que hablan “diferente”, y ante esta situación para reducir la posibilidad de rechazo en los pequeños, los padres deciden sólo fomentar el idioma minoritario en casa.
No obstante, algunas personas que usan MLAH como método del bilingüismo en sus familias cuentan que conforme crecen los pequeños, la exposición al idioma dominante es cada vez mayor, y por tanto se limita mucho más el minoritario.
Conclusiones
¡¿Quién ha dicho que esto fuera fácil?! Nosotros nos hemos embarcado en este viaje maravilloso del mundo de los idiomas y el bilingüismo con información, investigación e intuición. No es fácil. No es sencillo. A veces dos más dos no son cuatro, sino four. Pero nosotros insistimos en lo siguiente: no os desaniméis. No os agobiéis. No os sintáis solos. Criar una familia bilingüe es una experiencia divertida y a veces complicada pero sobre todo, única. Así que, os invitamos a leer y descubrir todo lo que podáis, pero recordar que cada familia es un mundo y lo que funciona para una, no necesariamente valga para otra. Haceros un plan de bilingüismo, pero recordad que es sólo eso: un plan. Que os guíe pero que tenga suficiente flexibilidad si algo tiene que cambiar.
Hay muchos más retos (y soluciones) que nos gustarían explorar, así que seguramente en el futuro próximo retomaremos este tema. No obstante, si mientras tanto queréis compartir vuestra experiencia con nosotros, ¡sabéis donde encontrarnos!
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