Wednesday again! Time flies! Han llegado las vacaciones escolares, y en bambolango HQ estamos repartidos entre el trabajo y la vida familiar. Nos consideramos afortunados, ya que así, hemos podido gozar de más tiempo con BigBoo y LittleBoo. Y esto también nos ha dado la oportunidad de reforzar algunas prácticas lingüísticas con ellas y pensar en motivar a hablar el idioma minoritario…
Algunos de los principales retos del bilingüismo
Cada familia es diferente, sea multilingüe o monolingüe. En bambolango nos gusta compartir nuestras experiencias por si pueden serviros de estímulo y apoyo. Pero el día a día que vivimos es particular y nuestros retos pueden ser los mismos que los vuestros, o no. En general, hasta el momento, nuestro viaje bilingüe ha sido muy positivo. Y para que siga así, hemos identificado algunos sucesos que nos gustaría cambiar. Principalmente, animar a las Boo a empezar a discriminar en mayor medida entre los idiomas que hablan. Y aunque su idioma dominante es el castellano, evitar que lo usen por defecto, independientemente de con quién hablen.
Así pues, para daros cierto contexto, primero queremos detallaros los retos que experimentamos actualmente. Y luego os comentaremos algunas ideas para superar estos retos y motivar a hablar el idioma minoritario…
La exposición
En bambolango hablamos de adquirir y no aprender un idioma. ¿Por qué? Pues por una sencilla razón: porque la adquisición de un idioma se centra más en comunicar, y en generar y usar vocabulario, todo a través de un proceso natural e inconsciente. Recientemente leímos un artículo útil (aunque antiguo), de Cecilia Jan en El País, llamado “Criando niños bilingües”. Cita a Orlanda Varela González, Directora y cofundadora de SINEWS Multilingual Therapy Institute, y explica lo mismo… «Los idiomas se aprenden a base de diálogo, de preguntas y respuestas, de prueba y error y de autocorrección»….
Así pues, para que haya esta comunicación e intercambio, es necesario pasar tiempo hablando y jugando con las Boo. Además, los expertos señalan que deben estar expuestos al idioma a adquirir al menos un 20-30% de su día para poderlo desarrollar con éxito. Pero ¿qué ocurre si no tenemos tiempo material suficiente para poder exponer a los pequeños al idioma minoritario? Os pongo nuestro ejemplo: las Boo atienden colegios donde el idioma principal de enseñanza es el castellano. Y pasan la mayor parte de su día allí. Sólo gozan de unas 3 o 4 horas al día, máximo, del idioma minoritario, y generalmente en entornos que no lo usan exclusivamente. Pero esta es nuestra realidad, y no se puede cambiar fácilmente. Así que lo que hay que hacer es usar el tiempo sabiamente y asegurar que sea tiempo de calidad…
La vergüenza
El siguiente reto que tenemos es la vergüenza. Al conocerla, BigBoo es un poco tímida. LittleBoo no tanto, aunque también tiene su punto. Y en muchas ocasiones BigBoo nos pide “ayuda” para poder decirle algo a otra persona, en el idioma que sea. Así pues, por curiosidad, le pregunté por qué hacía esto, y tal cual contestó que tiene vergüenza.
De la misma manera, volviendo del colegio un día, le pregunté a BigBoo por qué no me contestaba tanto en inglés. Y me dio la respuesta que medio esperaba: “porque no quiero que hables diferente a los demás papás”. Pues, parece ser que también tiene vergüenza a ser “diferente” de los demás, aunque nunca ha sido señalado por sus amigos por ello. De hecho, hay varios compañeros de su colegio con padres extranjeros que hablan a sus pequeños en otros idiomas.
Entonces, aproveché para hablar con ella. Le pregunté si ¿sabía porque era importante para nosotros que hablara inglés? Le expliqué que para poder relacionarse y hacer cosas divertidas con su familia materna, tenía que saberlo. También que yo (su mami) nací y me críe en Londres, un lugar importante para mí. Y que para poder ir a allí y disfrutar de esa ciudad, sería muy útil que lo supiera. Expliqué además, que igual que el cuerpo necesita ejercicio para estar sano, también lo necesita el cerebro, y que hablar diferentes idiomas le ayuda. Y por último, le dije que ¡hablar dos idiomas es como tener un súper poder! Y con sus 4 añitos, parece que en parte lo entendió todo…
Ideas para motivar a hablar el idioma minoritario
Pero, más allá de hablar con ellos y comentar las razones por las cuáles el bilingüismo es importante, ¿qué más podemos hacer?
La repetición como truco para motivar a hablar el idioma minoritario
Es importante encontrar un equilibrio entre corregir, o “insistir” en el cambio, y dejar que nuestros pequeños hablen como deseen. Hay momentos y ambientes más oportunos que otros para hacerlo, y hay que saber elegirlos. Dicho esto, una de las maneras que estamos ayudando a las Boo a usar los idiomas minoritarios es estimulándoles a pensar: “¿y eso cómo se dice en inglés?” o “¿y mami cómo dice eso?” Les damos tiempo para intentar encontrar las palabras, y si no lo consiguen, les decimos la frase o palabra para que lo repitan con nosotros. Seguido por la técnica que explicamos a continuación…
El refuerzo positivo para motivar a hablar el idioma minoritario
Esta es una técnica que hemos intentado usar en la sede de bambolango no sólo con los idiomas. En su forma más sencilla, es elogiar y aplaudir el comportamiento deseado. Por ejemplo, cuando contesta en el idioma objetivo, decirle “¡qué bien, me has contestado en inglés!”. O “choca campeona, ¡lo has dicho correctamente en catalán!”. También consiste en recompensar emocionalmente el esfuerzo que realizan. Como ejemplo, podemos explicarles que “me hace muy feliz cuando me contestas en inglés”, o “me encanta que intentes hablarme en español”. Sin embargo, recomendaríamos evitar la contraposición. No debemos reñirles ni dejarlos en evidencia si no usan la lengua minoritaria, ya que aparte de ser desagradable para ellos, puede producir incluso más rechazo.
Los premios para motivar a hablar el idioma minoritario
Esta es una buena opción para animar a vuestros peques y puede ser material o no. Nosotros mismos hemos introducido esta idea en bambolango con BigBoo de una forma muy sencilla. ¡Le hemos hecho una tabla de pegatinas! Todo salió porque hace un par de semanas, recordamos que con tan solo dos añitos le encantaba pegar pegatinas. Cuando le quitamos el pañal, le hicimos una tabla donde ponía una pegatina para demostrar que había conseguido su objetivo. Así, cada vez que iba al baño con éxito ponía otra. ¡Y disfrutaba mucho de esta actividad tan simple! Así que lo hemos vuelto a probar. ¡Y sigue encantándole! Y con tan sólo pegar una pegatina por cada medio día que se esfuerza a hablar el idioma minoritario, se siente recompensada. Le da una sensación de logro y superación y es una muestra su buen trabajo.
En resumen pues, podéis acordar con vuestros peques que si se esfuerza por hablar el idioma deseado durante cierto tiempo, le regalaréis ese muñeco que tanto quiere, o ese picnic en el parque que le emocionaría. Con la idea de que este esfuerzo se convierta en la norma y no la excepción. No obstante, tened en cuenta lo siguiente. Nuestro consejo sería que lo reservarais para una ocasión especial y excepcional. Porque hacerlo con mucha frecuencia hace que pierda su sentido…
Últimas reflexiones
¡Hoy os hemos contado muchas cosas! Hemos detallado retos y soluciones. Hemos compartido situaciones particulares con las cuales podéis o no identificaros. Y ¡hay mucho más que podríamos decir sobre el tema! Como siempre, tenemos ganas de que compartáis experiencias, situaciones o técnicas parecidas. Así que, ¡dejadnos algún comentario y contádnoslo!
Podéis leer más información aquí:
El bilinguismo en casa – reflexiones y metodos
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