Hello & Hola!!! Pleased to meet you! My name is Deborah, ¡o Mami!
Me gustaría contaros un poco sobre cómo soy para que entendáis mejor este “proyecto” que llamamos bambolango.
Antes, hace un millón de años, era consultora de recursos humanos. Una de las frases que más oía de los candidatos y clientes era: “¡Madre mía! Qué difícil tener que explicar cómo soy, o qué hago bien, o cuáles son mis áreas de mejora…” Sin embargo, no me parecía una tarea tan complicada, tener que definir el perfil profesional. Pero ahora me toca a mí, ¡y me está costando! No porque no sepa identificar mis puntos fuertes (soy organizada, profesional, observadora, puntual), ni tampoco porque no conozca mis áreas de mejora (me frustra la falta de planificación, soy nerviosita, demasiado exigente, y perfeccionista). Me cuesta porque tengo que decir como soy como persona. Porque tengo que bajar la barrera profesional. Y hablar de los valores, capacidades y limitaciones que tengo como persona, como madre, ¡me cuesta un poco más!
Bueno pues, ¿cómo soy? Soy inglesa de nacimiento, bilingüe en inglés y español y con algún conocimiento del catalán / valenciano. Soy la que en la calle pasa por española, pero aún no puede decir “mediterráneo” sin hacerlo sonar varias veces en su cabeza primero. Soy la que corrige a los demás cuando dicen “andé» en vez de anduve, pero la que aún no sabe si es la o el sartén. Y también soy la que en casa habla inglés a las niñas aunque contestan en un popurrí de español, catalán e inglés.
Cuando decidimos empezar nuestra familia lo único que teníamos muy claro era que cada uno iba a hablar su lengua materna a nuestros hijos. Yo hablaría inglés y mi marido (también conocido como Papi) les hablaría catalán. Descubrimos a posteriori que este “sistema” se llama OPOL – one person, one language (una persona, un idioma).
Cuando me quedé embarazada, nos pusimos a leer e investigar un poco más sobre el bilingüismo. Encontramos un sinfín de información, teorías, testimonios y propuestas sobre cómo criar mejor a un bebé en varios idiomas… Y acabamos un poco mareados y confusos. Por lo que el mejor consejo que os puedo dar, que sólo viene con la experiencia y en retrospectiva, es que tenéis que hacer lo que mejor funcione para vuestra familia. Informaros, leer, preguntar, investigar. Todo eso sí. Pero luego aplicad sólo lo que consideréis más oportuno en vuestro caso. Sin agobiaros. Porque no hay un manual, ni fórmulas, ni ciencias ciertas que os puedan garantizar el mejor resultado. Cada familia, bilingüe o no, es un mundo.
¡Pero aún no os he dicho cómo soy como madre…! Pues al igual que como profesional de recursos humanos, soy muy exigente. Aunque no con las niñas, sino conmigo misma y con mi marido. Me entristece y me duele cuando el cansancio o las obligaciones del día a día me hacen perder tiempo de calidad con mis hijas. Intento que crezcan en un ambiente positivo, feliz, cariñoso y risueño. Quiero que sepan que pueden decirme o preguntarme cualquier cosa y que les escucharé y aconsejaré lo mejor posible.
Justamente ellas son uno de los principales motivos por los cuales empecé este proyecto tan ilusionante que es bambolango. Para poderles dar unos materiales bilingües que no encontrábamos en su momento en el mercado; para tener más flexibilidad laboral y pasar más tiempo con ellas; para mostrarles lo importante que es disfrutar de nuevos retos…
Y en parte, bambolango es otro bebé para mí. Un proyecto que requiere mucho amor, mucho tiempo, mucho apoyo. Un proyecto que hace que no duermas por las noches, que hace que estés preocupado de que todo salga bien, que te hace esforzar al máximo para sacar la mejor versión de ti.
Así que, ya me conocéis un poco más. Y así soy yo. En pocas palabras: observadora, exigente, mamá, y bilingüe.
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